Tienes que hablarme,
tengo que hablarte.
Me da miedo.
Mucho miedo.
Prefiero escribirlo.
El negro sobre blanco me camufla,
las letras me protegen.
Me oculto cobarde tras una te.
Una ese o una de.
Si tengo delante tus pestañas,
se borra mi pizarra.
Sólo quedan tus labios, carnosos
tus manos, decididas
tus pardos ojos, sinceros
el hoyuelo, atrevido
en mi cabeza vacía con tu cuerpo llena.
Nos cuesta muchísimo hablar sobre las cosas más importantes que, si no son bien aceptadas, pueden llegar a mover nuestros cimientos, pero una vez que lo haces, siempre se agradece el haber tomado tal valiente decisión.
ResponderEliminarBesos!
intentaré buscar el valor, aunque a lo mejor lo valiente es callar...
ResponderEliminarescribo el blog, a él le puedo decir lo que no me atrevo a hablar,
muchos besos, Nuria
y gracias por tus comentarios, me reconforta leerte
Es cierto que te puedes ocultar tras las letras, pero estas tambien te descubren y te desnudan ante ti misma.
ResponderEliminarSaludos
es verdad, a veces descubro cosas que no sabía que pensaba a medida que las escribo...cara a cara, me suelo bloquear...
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