Chelo está muy animada, hemos quedado a comer una hamburguesa en el Home, la idea de ir ha sido suya, yo sólo me he dejado llevar. Me ha sacado de la mazmorra y me ha llevado de viaje en el tiempo y el espacio. Las calles son las mismas de mi juventud, los locales cambiados, mucho más cuidados. Las tiendas y los garitos, me han transportado a mi viejo Berlín. Esa sensación la tenía igual al pasear por Simon-Dach Str., en la zona este, siempre pensaba que se parecía a Madrid. Tal vez no sea cierto, pero esa sensación sí que lo es. Siempre he sentido esa conexión Madrid-Berlín.
El oso berlinés me recordó al madrileño, y como una caperucita perdida en un bosque metropolitano me dejé cautivar por él y por un buen cuento.
El oso berlinés me recordó al madrileño, y como una caperucita perdida en un bosque metropolitano me dejé cautivar por él y por un buen cuento.
Un día sentada al sol, en una típica terraza de cuidad, un berlinés me contó la leyenda del nombre de Berlin. Ian hablaba español de Mallorca, enseñándome sin miedo su mirada gris de guerreo bárbaro.
Hace mucho mucho tiempo, llegaron unos españoles a la cima de la colina que precede a la cuidad y al ver las maravillosas vistas la nombraron Ver Lindo. Como el fonema v y b son iguales en español, derivó en Berlindo, con el tiempo se perdió el "do", y se quedó en Berlin. Me hizo mucha gracia aquel cuento, aquel invento, que me contó el cazador teutón. Caí en su trampa, por ingenio y por genio, una ráfaga de risas me rinde al momento. Así estuvimos varios meses, a la caza del oso, por los barrios de Berlin y las calles de Madrid.
Hace mucho mucho tiempo, llegaron unos españoles a la cima de la colina que precede a la cuidad y al ver las maravillosas vistas la nombraron Ver Lindo. Como el fonema v y b son iguales en español, derivó en Berlindo, con el tiempo se perdió el "do", y se quedó en Berlin. Me hizo mucha gracia aquel cuento, aquel invento, que me contó el cazador teutón. Caí en su trampa, por ingenio y por genio, una ráfaga de risas me rinde al momento. Así estuvimos varios meses, a la caza del oso, por los barrios de Berlin y las calles de Madrid.
pie de foto: Simon-Dach Str., Berlin-Friedrichshain
Al fin y al cabo a veces sólo aquello es lo que importa: la sensación... Finalmente es el recuerdo que queda.
ResponderEliminarBesos.
Malasaña
ResponderEliminar!Que recuerdos!
Fuera:
Noche en nostalgia en Malasaña.
En calles que se retuercen, creciendo hacia los balcones.
El foco de la noche alumbra este bar que está como siempre
Dentro:
Se saborean sudores de alcohol, humos de besos no licuados. (Ansia) la gente baila sin medida. Las pijas de encargo se tocan el culo mientras un tío al fondo se fuma un petardo y bebe garrafón de 8 años. Yo me pido un DYC, de nuevo, como siempre.
Dentro y fuera:
Soy naufrago en ínsula de permanencia, con los mismos desconchones que se alargan. Ayer es hoy de borracho ilusionado.
Aun no suena la chica de ayer. Me acabo la segunda o la tercera. Salgo
El cielo canta brisas y algún guiño, en sonrisas con diez años enganchados.
No conozco Berlin, pero las ciudades alemanas que he visitado me han atrapado por su encanto y peculiaridad
ResponderEliminarMe gusta tu forma de escribir
Con tu permiso, volvere por aqui
Un beso Maggie
Onminayas, tengo muy mala memoria normalmente, y eso, al pasar los años me da mucha rabia...no quiero perder mis recuerdos, aunque a veces pienso que nunca fue así como sucedió. Gracias por tu comentario
ResponderEliminarForma, ¡no sabes cómo me he visto en ese poema, teletransporte puro. Magistral...mágico!
Chinaski, te recomiendo que visites Berlín, es una ciudad alucinante...muchas gracias y ven cuando quieras, serás siempre bienvenido.
Un saludo y buena semana!