Hace un par de años mi padre me dijo un domingo de sobremesa: "No hagas de los hombres tu hobby". Yo me quedé un poco cortada y le respondí en medio de una risita un no, nada convincente. Me divirtió aquel comentario. Me imaginé rellenando formularios o curriculums.
Hobbies: los hombres, el tarot, la cerveza.
La verdad es que tengo otras aficiones, pero el coleccionismo de relaciones ocupa gran parte de mi tiempo. Por eso, hoy he decidido que si he empezado con lo de escribir, como afición para la mente, debo buscarme una para el cuerpo.
Así que iba esta tarde a comprarme una bufanda y gorra nuevas, he perdido las mias en mi última aventura de sábado. Claro, salí tan escopetada de casa de Julio que me dejé allí mi foulard y gorra preferidos. Menos mal que los pantalones nunca me abandonaron. Uff. Como iba diciendo, voy andando por la calle pensando que un día de éstos un desalmado de la noche madrileña me va a hacer taquitos de carne, si me descuido; de pronto veo un gimnasio de artes marciales. Me decido a entrar y pedir información. El chico de la recepción me da un prospecto, cuando le digo que me quiero apuntar a karate, me pregunta sonriente: "¿Para defenderte de los que te roben el bolso?", yo le respondo en tono muy educado: "Si, y otras cosas. Quiero canalizar mi agresividad". Creo que le he metido algo de miedo.
Pienso que es buena idea, a ver si dejo de coleccionar hombres, aunque pensándolo bien...también me viene bien si llega ese desalmado una noche, y además, el gym estaba lleno de chicos. Ups, lo estoy haciendo otra vez.
De todas formas, después de que Juan viniera hoy a visitarme a la tienda y me dijera que fue con su madre (sí, su madre) a comer al restaurante, voy a estar un tiempo concentrada en mi nuevos hobbies, a ver que me trae el nuevo año.
Como dicen en Alemania "Año Nuevo, Suerte Nueva".
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