el maleficio del amor eterno

Fue un amor tan profundo que era imposible. La última vez que hablé con Christian, hará ya más de tres años me dijo por teléfono en un susurro: "te he amado infinitamente". Es una expresión alemana, que ya encierra el abandono en sí. Es una paradoja, porque si fuera infinito, él me seguiría queriendo. Era un amor infinito y frustrado que me dejó al borde mismo del abismo. Los que hemos tenido la suerte y la desgracia de vivir un amor así, sabemos que no se volverá a repetir. Son amores tormentosos, violentos y descomunales que destrozan colchones como destrozan corazones.

Mirando sus hermosos ojos grises, todo en él era hermoso a mis ojos, me quedaba atontada. Él mismo me lo decía una día cuando ya llevábamos una par de años viviendo juntos. Supongo que mi adoración le volvió cruel. Y se cansó de que le mirara así.

Ahora cuando miro nuestras fotos, su recuerdo me pincha el corazón, nada más. Fue él, cuando me vio por primera vez, quién me persiguió hasta enamorarme. Yo no me fiaba mucho y no le tomaba en serio. Me encandiló con su sonrisa y sus aventuras por el mundo. Me enseño alemán y Alemania. Descubrió un mundo nuevo, extraño, diferente en el que me sentí totalmente integrada. Todo encajaba. Todos decían que encajábamos. Me rendí a su amor extasiada, luego resultó ser un maleficio. Nunca se lo perdonaré. Sé que no debo ser rencorosa y no lo soy. Podré olvidarle, pero nunca perdonarle. O tal vez si. A lo mejor un buen día me despertaré y se me habrá borrado de la memoria aquel fracaso. No lo sé.

Soy feliz, pero no soy la misma de antes. Cambié. Christian me cambió porque yo me dejé cambiar. Entregué todo lo que tenía y eso mismo lo mató.

Siempre por estas fechas le recuerdo, como se recuerda a los que se han ido y no volverán. Recuerdo unas navidades en los alpes. Recuerdo como no podíamos estar sin devorarnos a todas horas. La cortina burdeos de un baño en un hotel a las faldas de la montaña. La alegría de recibir un año más en sus brazos superaba cualquier otra alegría en mi vida. Son recuerdos que hacen que sepa que nunca más volveré a amar así. Amo de otra forma, porque amo a otro hombre.