angeles negros

No sé que ponerme. Ya sé, es la frase más inútil que le oirás decir a una mujer. También será una de las más frecuentes. Tengo una cena esta noche y desde hace tres horas reviso mi armario mentalmente para encontrar el modelito rompedor de la noche. Uno podría pensar que es una ocupación bastante estúpida, pero ese uno seguramnete no vive de la moda ni se muere por unos "louboutin". Entendido. A lo mejor podría pasarme tres horas pensando cómo descubrir una energía gratuita y eterna. No te creas que no lo hago.

Me estoy rompiendo los sesos. Desesperada llego a la conclusión de que estoy desnuda, de que no hay NADA dentro de mi armario. ¿Cómo puede ser eso?¿Si la barra está combada del peso y se me cayó el otro día cuando buscaba frenética mi camisa preferida? ¿Es posible que yo llegue ahora a casa, cansada de trabajar un sábado, abra la puerta del armario y me lo encuantre absolutamente vacío, en plan "el vacío que crea un agujero negro"? ¿Con un par de perchas de alambre colgando malamente y unos pantalones de pana verde mostaza del 95 por todo ropaje?

No, no, despierta, sólo ha sido una pesadilla. Me quedo dorrmida delante del ordenata. Hoy nadie va de compras por el boulevard. A lo mejor todas las "señoras" están haciendo el amor a sus maridos una tarde de sábado en pleno diciempre, sería gracioso. ¡Despierta ya, mujer!.

Después de pensarlo mucho creo que recurriré al famoso vestido negro de siempre, o al negro de encaje. O podría probar con el negro de lentejuelas, aunque el negro de raso también estaría bien, de Versace, y que por eso dejo para ocasiones especiales en las que intervienen champán y velitas, que no es la ocasión que nos ocupa, desgraciadamente.

No sé, todavía estoy indecisa...Ahora que pienso en ellos, en todos ellos, siento cierto consuelo. Hasta me siento acompañada y arropada.

¡Pobres angelitos, esperándome pacientemente en mi armario y yo pensando que no tenía nada que ponerme! No me abandoneís nunca, que sin vosotros estaría perdida.