poderes mágicos

Circulos de vacio entre los nervios de la hoja
PRIMER PREMIO PLANTA Eva Abellan 2ºC

Me gusta soñar despierta. Siempre me ha gustado. De niña me imaginaba mundos paralelos donde perderme o poderes fabulosos que me permitieran hacer cosas asombrosas.

A veces era invisible para colarme en la habitación de Emilio. Conocía la casa, era amiga de su hermana. Me imaginaba que le espiaba invisible mientras no se daba cuenta y así poder conocer todos sus secretos. La curiosidad siempre ha sido mi gran compañera.

Otras veces me veía haciéndome muy muy chiquitita y metiéndome en el bolsillo de su cazadora. Para poder estar siempre a su lado.

Mi cabeza es un nido de pájaros románticos. Aunque con el pasar de los años abandonaron el nido.

Mi infancia fue una sucesión de sueños y realidades, por eso cuando ahora pienso en ella, no sé distinguir qué es lo que sucedió en realidad y qué en mi cabeza. Pero el sentimiento imperante es el de la búsqueda, siempre encontrando algo nuevo, descubriéndolo todo, lo bueno y lo malo.

Al ir a la parada de la ruta, con mis hermanos pequeños, siempre me tomaba mi tiempo. Me entretenía con cualquier cosa que hubieran plantado Máximo o su hermano Juan, los jardineros de mono añil. Con ayuda de las pelis de disney me imaginaba historias fantásticas en las que me sumergía mirando los nervios de una hoja. Luego, un grito de mi hermana me avisaba de que la ruta llegaba, arrancándome de mi mundo irreal.