Esta mañana al abrir la ventana he visto la nieve que lo cubría todo. El jardín, la calle, mi coche...lo ha cambiado todo. He respirado hondo y dentro de mis pulmones ha entrado el aire del invierno que ha entrado hoy. Un olor a limpio que me ha recordado al instante lo días nevados de otros inviernos.
Me han dado ganas de no ir a trabajar. Ponerme a jugar con los niños que no han ido al cole y hacer un muñeco de nieve como cuando eramos pequeños. Ese sentimiento ha sabido calmarme. La nieve es tan mansa, tan pura. Pura magia que transforma el paisaje. He vuelto a respirar una vez más echando después una enorme bocanada de aire como humo.
Al salir de casa he visto a dos críos en el descampado en plena guerra de bolas de nieve. Qué paz. Siento que es una buena señal que comience así el invierno.
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