cambio en el camino

El cabalgar, 

el viajar 

y el mudar de lugar 

recrean el ánimo.

Lucio Anneo Séneca (2 AC-65) Filósofo latino.

Hoy corriendo he tenido una revelación. Si, cuando miraba fijamente la boina madrileña y el sol reflejado en los edificios he pensado que a lo mejor debería descubrir otros caminos por los que correr. Este Camino Viejo de Madrid ya ha visto demasiadas veces mi desgracia. Mi alma rota que se deshace a cada zancada. Ya ha soportado demasiados escupitajos llenos de rabia y frustración. He pensado que a lo mejor ya es hora de volver a descubrir otras ciudades, otros lugares. Otros hombres y otras mujeres. Otros monumentos. Otras historias. Otro lenguaje.

Ha llegado el momento de volver a emigrar. Por lo menos por un tiempo. Como los pájaros cuando se les acaba el agua o hace demasiado frío. Lo curioso es que muchos de esos pájaros emigran hasta aquí, a Las Fosas, famosa por sus nidos de cigüeñas. Miraba el campo que ya se está poniendo verde y amarillo como la bandera del brasil, con el cielo azul. He añorado mis viajes. He añorado volver a ser una extranjera. No me importa irme con la mochila otra vez, es algo que ya conozco y que no me da ningún miedo.

Ser extrajera te da muchas ventajas, sobre todo para conocer gente. Siempre tienen la excusa de preguntarte de dónde eres, en cuanto notan tu acento el tema puede ser eterno. Y una, siempre se puede hacer la tonta y preguntar a los incautos oviedades. Te las contestan encandilados por el acento español. Aunque no nos lo creamos, al resto de los europeos les mola nuestro acento. Eso lo he comprobado varias veces. Creo que en cierta forma, querer irme a otro país, es una forma de querer ser especial. Aquí soy simplemente una española en paro más. Un número a la cola del paro. En Italia, por ejemplo, sería una estudiante de italiano más, pero como que suena mejor.

Así que lo tengo decidido, en cuanto acabe la primavera, que es cuando se acaba el curso en el Instituto, me marcho a Italia. No pienso dejar que Emilio se quede con mi sueño. Yo corriendo calle abajo y calle arriba, quemando culo y melancolía. Quemándome sin hacer nada. Parada y desganada. Amargada, por un puto desengaño de un memo. Borrón y cuenta nueva. Eso me dará nuevas miras. Me enseñará a valorar más lo que tengo y a quitarle importancia a cosas que ahora pienso que son importantes.

No tengo nada que me ate. Voy a aprovechar que ni hipoteca tengo. Mis amigos me esperarán y los que no, es que no lo son de verdad. Y mi familia, veremos cómo se lo toma. Por ahora no diré nada, hasta que la cosa ya no tenga marcha atrás, porque sino puedo ver a mi madre friéndome a gilipolleces.

Pues eso, me piro. Esa es mi idea. Ya veré que me depara el Destino. Por lo pronto me iré sólo a pasar el verano y luego se verá.

La perspectiva del cambio me excita. Siempre lo ha hecho. Las aventuras y lo desconocido son lo que más me mueven. Aparte de las ganas de quemar kilos.