viernes, 5 de febrero de 2010

filtro de amor

Amar muchas cosas,
porque en amar existe la verdadera fuerza
y quien ama mucho logrará mucho, 
y lo que se hace con amor está bien hecho. 
Vincent Van Gogh

No sabía que iban a estar allí, Guille y compañía. Los jueves no está tan animado y buscaba un poco de intimidad para mi charla con la etérea italiana. Guille es uno de mis más viejos amigos y compañero de fatigas. Nos conocemos desde la universidad. Es un hombre encantador, inteligente y lleno de humor. Siento una conexión especial con este alemán de alma hispana, culpable de mis maravillosos años en Düsseldorf. Hechas las presentaciones nos sentamos a la mesa baja y comenzamos a charlar. Los amigos de Arancha, la futura mujer de Guille, trabajan en el sector del turismo. La conversación gira en torno a Italia, mi amiga es veneciana y uno de los amigos de Arancha es milanés. En la otra punta de la mesa, comento a Guille los sucesos de mi vida, mis penas y alegrías. Hablo de mi vida sin Emilio, de mi nueva vida de parada, de como paso las horas.


El milanés ha cogido confianza, cuando ya he dicho lo mucho que admiro su ciudad, lo mucho que me gusta la moda italiana e Italia en general, se anima y escuchándome decir a Guille que tengo ciertos requisitos a la hora de enamorarme, siente curiosidad y me pregunta a través de la mesa cual es mi "check-list" del amor. Supongo que quería saber si cumplía los requisitos, entonces yo empiezo a enumerar...
maggie:  Tiene que ser alto.
paolo:   ¿Cuánto de alto?
maggie:  Más que yo, mido 1,73 descalza, y me gusta llevar tacones de vez en cuando. (173cm+10cm=183cm)

El milanés se levanta, y se compara conmigo. Mide 1,81, según él. Me mira desafiante.
paolo: ¿No es suficiente?
maggie: Pero prefiero más altura, me gustan los tacones y no quiero mirar a un hombre desde arriba. Además estás casado, y ese es otro filtro, no me fijo en los casados.

Paolo se sienta. La mesa se revoluciona. No entienden cuando les digo que ese requisito es el primero. No se molestan en oír los demás. Porque hay muchos más. Todos los que yo quiera, los que me dé la gana. Pero ese es el primero, así de claro. Para que yo me enamore de un hombre tiene que dar la talla. Tanto de cuerpo como de mente. Esos son requisitos indispensables e inamovibles, para mi. Ellos no aceptan, o les parece mal, o no quieren oír, que yo decido de quién me enamoro, y que un hombre menor de 1,73 jamás, y digo, jamás, y lo dejo por escrito será el amor de mi vida. Es lo mismo que cuando digo que una mujer jamás, y vuelvo a decir, jamás, será el amor de mi vida. Me gustan los hombres altos. Punto.

Es uno de mis principios, por eso se llama principio. Cada cual es libre de tener los que le plazca. Yo no me meto con los principios de los otros. Dejé claro a la mesa, entre gritos y furias, defendiendo mi posición con uñas y dientes, que yo no me quedo con ningún segundo plato. No me voy a conformar. Sé que mucha gente encuentra la felicidad en el conformismo. Yo no. Yo soy feliz persiguiendo un sueño.

Yo sueño con encontrar a mi igual en masculino. Prefiero estar sola a quedarme con alguien que no dé la talla, para no quedarme sola. Me gusta mi soledad, me gusto a mi misma, no tengo problemas y creo firmemente que tener pareja no es el fin último del ser humano. El amor es el fin último del ser humano. Amo muchas cosas y amo a las personas. Amo a un hombre inmensamente que no es mi pareja.

La mesa me quiere comer cuando digo que creo en el amor para toda la vida, y que eso es lo que busco. Eso no nada. Hago mío el dicho de "mejor sola que mal acompañada". Para encontrar ese amor, utilizo muchos filtros, si. Filtro a los hombres que entran en mi corazón a modo de membrana plasmática celular. El primer filtrado es la altura, es así, por muy frívolo que les parezca. Luego vienen muchos más filtrados hasta quedar depurado. Entonces llegamos a la esencia y esa es la que yo valoro, para seguir todo este proceso hace falta tiempo y dedicación. Estoy dispuesta a tomarme todo este tiempo y dedicación, al fin y al cabo estamos hablando del Amor Verdadero, y eso, señores, no es una búsqueda nada fácil. Nadie ha dicho que lo sea.

p.d.: Por cierto, que los allí reunidos se fueron a casa deseándome mucha suerte; seguramente deseando aún más para sus adentros, que un día me enamore, por arte de magia potagia, de una mala pécora baja y gorda.

pie de foto: Irises, Vincent Van Gogh

10 comentarios:

  1. Mi querida señora... ¿Amar es revolcarse en el fango con dos modelos suecas? Me encantan sus textos pero carezco de toda sensibilidad para apreciarlos en su dimensión.
    Siempre suyo
    Un completo gilipollas

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  2. Estimado Sr. Gilipollas,

    Me encanta el eufemismo...y claro que eso es amor al prójimo en toda regla, y sobre todo amor a Suecia..

    Saludos caballero

    La maga maggie

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  3. Me parece verdaderamente afortunado poder elegir de quién te enamoras. Quizás esté altamente correlacionado con lo de gustarse a sí mismo...
    Cuánta envidia corroe mis entrañas...

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  4. Lo de la altura puede ser una frivolidad, pero ¿quién ha dicho que el amor no necesite un toque de frivolidad? Además, tía, si no te gustan los bajos, pues no te gustan, qué le vamos a hacer. A mí tampoco y mido casi diez centímetros menos que tú.
    En cuanto a lo de elegir de quién se enamora uno... pues no sé. Yo creo que eso no se elige, te cae encima.

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  5. Flaura, reconocer algo así ya es muy valiente. La vida me ha enseñado que es mejor tener muy claro lo que uno quiere.

    En la frase:

    YO TE AMO

    La primera palabra es YO.

    Un saludo

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  6. Solatelas, como siempre he de darte la razón. Se te tiene que cruzar la persona que te guste, eso está claro. Pero si, por ejemplo, encuentro a un hombre "alto" y "listo" en un bar y después resulta que tiene mujer, pues a mi por mucho, mucho que me guste, no le voy a seguir viendo.

    Un saludo y gracias por tus comentarios y aportaciones, me animas a seguir leyendo y escribiendo.

    Feliz fin de semana

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  7. Todos tenemos esos filtros de los que hablas preconcebidos. Algunos como tu, les dan mas importancia y hace de ellos principios. Lo que ocurre es que somos cambiantes y esto afecta hasta a los principios (que en teoría debían ser estáticos). Yo como Solateras, digo que la vida te da te sorpresas. Quizás mañana un leve gesto, un giro, una forma de hablar de un bajito casado te rompa los esquemas. Quizas no.

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  8. Forma, como siempre tu serenidad se plasma en tus palabras.

    Es cierto que todo cambia. Y las personas, más. Creo en el cambio y la evolución. Pero creo que hay ciertas cosas que deben permanecer inmutables, si los arboles del camino se moviesen, no sabrías que vas andando. Si las estrellas cambiaran su posición cada noche, te perderías. Siempre se necesita una referencia.

    Un beso Forma, me gustan tus reflexiones

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  9. es curioso, tengo estos lirios por casa (una imitación, obviamente). Me ha llamado la atención.

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  10. si, ya me he dado cuenta de que tenemos gustos parecidos...

    gracias por tus comentarios

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confiesa aqui o en: lamagamaggie@gmail.com

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