jueves, 18 de febrero de 2010

cara y cruz

 
El odio no disminuye con el odio.
El odio disminuye con el amor.
Buda (563 AC-486 AC) Fundador del budismo.

yo amo. amo el verde. amo el aire fresco. amo la cerveza rubia bien fría. amo el vino tinto acompañado de una buena cena. amo la pasta fresca rehogada con verduritas en un día de resaca. amo un buen gin-tonic en vaso ancho aderezado con enebro mirando a los ojos de un hombre con buenas intenciones. amo a los hombres buenos y cariñosos que te enseñan lo bello de la vida y te dan todo su amor sin esperar nada a cambio que te quieren por lo que eres y no por lo que representas. amo meterme en la cama y ver que las sábanas están limpias y frías y huelen a suavizante floral. amo una ducha larga con el agua ardiendo que se resbala por mi piel limpiando la suciedad del mundo. amo mi larga melena pelirroja que me ha costado años conseguir y que se tiñe de gris con los años y los disgustos. amo fumarme un cigarrillo tras otro viendo como el humo se disipa mientras mi mente se aviva y escribo letras sin sentido. amo a mi perro lucas un galgo apaleado sobreviviente de un colgamiento que apareció un día al lado de mi viejo suzuki swift. amo los amores de por vida que con las dificultades crecen. amo a mi hermana la abogada que lucha por los derechos de los trabajadores sin dejarse amendrentar por los empresarios que quieren sacar siempre la mejor tajada. amo el jardin de la casa de mi madre con sus olivos centenarios y su piscina con pérdidas. amo a mi madre y sus críticas que han hecho que sea lo que soy una rebelde sin causa sin pelos en la lengua. amo los libros en las estanterias cuando nada ya tiene sentido uno de ellos siempre me guía en mi camino y me sumerge en mundos mejores. amo la amistad desinteresada de las personas que te aprecian como eres sin querer cambiarte aceptando que no eres perfecta sino una humana más llena de defectos y con derecho a existir. amo a los valientes que se entregan por salvar la vida más pequeña sin importarles arriesgar la suya ni que nadie conozca su acción de amor. amo a los que cuestionan el sistema viendo que hay otras realidades aparte de ganar un sueldo para pagar una hipoteca o pasar por felices de un atasco a otro. amo a todos los seres vivientes ya sea el virus del ébola o la ballena blanca con sus crías. amo la sinceridad de una madre iraní gritando a la cara al asesino de su hijo. amo la luna llena en las claras frías madrugadas de marzo que me enseña que nunca estoy sola. amo el sol ardiente fuente de toda energía y vida. amo la verdad.

yo odio. odio la ausencia de color. odio el co2 en el cielo de madrid. odio la coca-cola recalentada en la mesa y sin gas. odio el vino picado cuando se abre una botella carísima en una cena para impresionar. odio la lasaña congelada que denota la pereza para cocinar. odio el garrafón de las discotecas de moda que te quieren sacar diez y ocho euros para a cambio poder ver las tetas de silicona de las putas putas de lujo. odio a los hombres que utilizan el amor para conseguir sexo y que sólo te valoran dependiendo de la cantidad de sexo y sumisión que puedas darles subida en unos tacones de vértigo enfundada en un top de la perla y comiendo polla mientras ven el partido. odio meterme en la cama de algún desconocido y oler su aroma a vagancia por cambiar las sábanas en varias semanas. odio estar en la ducha a las seis de la mañana y que se acabe al agua caliente con la cabeza enjabonada. odio ir a la peluquería a teñirme las canas y que la peluquera me tenga cuatro horas contándome el nuevo piercing en la lengua de su chico. odio a los exfumadores que se empeñan en decirme que me voy a morir de cancer y luego ellos no paran de beberse el río como si la cirrosis no existiera. odio a los cazadores que torturan y cuelgan de los árboles del campo a cincuenta mil galgos al año en esta españa nuestra en la que todo vale. odio a los que se casan pensando que siempre se pueden divorciar y se divorcian a la mínima de cambio. odio a mi hermana cuando se empeña en decirme que tengo que ser de otra forma y me grita sin piedad cuatro verdades. odio a mi madre cuando pretende aparentar cuarenta años a base de bisturí y se echa a llorar porque no reconoce su cara y la operación de cirugía le duele a rabiar. odio la quema de libros la censura de los poderes que nos dicen que tenemos que leer o que no. odio la amistad interesada que cuando te necesita te llama como si fueras un zapato viejo para utilizarte para que le hagas de carabina o le presentes a una de tus amigas y que cuando ha conseguido lo que quiere si te he visto no me acuerdo. odio a los demagogos que se las dan de saber las recetas para salvar el mundo y sólo quieren salvar su culo podrido de dinero de los contribuyentes. odio a los que quisieron especular con el ladrillazo vendiendo sus minipisos por cifras astronómicas y ahora se quejan de que no pueden pagar la hipoteca del adosado ni la letra del cayenne ni las tetas de su mujer. odio a las alimañas que se esconden en la noche y esperan a matar a un inocente por el placer de matar. odio a los que pretenden que todo es relativo y que si demuestras tus emociones eres debíl o un loco. odio la noche cerrada y con niebla volviendo a casa sola y sin poder ver ni a la vuelta de la esquina. odio los días nublados y sombríos en los que las nubes no me dejan ver el sol. odio la mentira.

4 comentarios:

  1. Luego están esas cosas que pasan del párrafo del amor al del odio y viceversa en cuestión de segundos. Y eso ya es más peligroso. Infinitamente más chungo.

    Besos, Maggie-Mágica :)

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  2. Bueno, ya se sabe, "del amor al odio sólo hay un paso"

    Besos para ti Elektra-Elektrica

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confiesa aqui o en: lamagamaggie@gmail.com

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